Cuando tienes un hijo prematuro todo funciona a un ritmo distinto. Tu bebé tiene dos edades: la cronológica y la corregida, y ahí empieza la locura. ¿Cuándo se debe tener en cuenta cada una?
Hoy vamos a hablar de vacunas. En este caso el Comité Asesor de Vacunas (CAV) de la Asociación Española de Pediatría (AEP) lo deja claro: “Es sumamente importante iniciar la vacunación a los 2 meses. Salvo en situaciones excepcionales no se debe retrasar la edad de la vacunación y si fuera preciso se administrarán todas las vacunas en el hospital, incluida la del rotavirus”.
Y cuando hablamos de 2 meses hablamos de los 2 meses cronológicos. Es decir, contando desde el momento en el que se nace independientemente de la edad gestacional y del peso al nacer.
Según el CAV “la seguridad de las vacunas en los prematuros es alta y la reactogenicidad similar a la de los recién nacidos a término”.
Eso sí, a la hora de suministrar las vacunas los bebés que están ingresados “deben estar clínicamente estables y libres de acontecimientos cardiorrespiratorios, en particular de apneas y bradicardias”.
Pero, ¿por qué es tan importante no retrasar la vacunación en los prematuros? Según el CAV “además de la inmadurez de su sistema inmunológico, los prematuros tienen menores concentraciones séricas de anticuerpos que desaparecen antes que en los niños nacidos a término”.
¿Por qué sucede esto? Según el CAV, esto se debe a que el transporte de anticuerpos a través de la placenta sucede sobre todo a partir de las 28 semanas de gestación.
¿Deben fraccionarse las dosis de las vacunas en los prematuros? Según el CAV no es necesario. “no hay fundamento para el uso de dosis reducida o fraccionada si no que por el contrario esta práctica puede terminar en una respuesta inmune inadecuada”.
Respecto al intervalo entre dosis este debe ser “igual que en el resto de los niños, de entre 4 semanas y 6 meses aunque el intervalo mínimo suele ser, en general, de 8 semanas dado el calendario implantado en España”.
Al margen de la vacunación directa también se puede proteger a los prematuros a través de la inmunización de las personas de su entorno.
De este modo tanto los niños como los adultos que convivan con él deberán tener al día los calendarios de vacunación, recibir la vacunación antigripal y también la vacuna de la tosferina.
En relación a la tosferina la vacunación de la gestante se ha mostrado como la estrategia más efectiva para evitar la tosferina grave en el lactante pequeño. Lo que pasa es que con las recomendaciones actuales de vacunar entre las 27 y las 32 semanas buena parte de los prematuros no se pueden beneficiar de esta medida. Es por ello que en algunos países como el Reino Unido se han establecido estrategias de vacunación más tempranas (entre las 20 y las 32 semanas)
Respecto a la vacuna de la gripe desde el CAV señalan que vacunar a la madre en cualquier momento del embarazo, si coincide con la temporada gripal, aunque sea en el primer trimestre, no solo protege a la mujer embarazada (con alto riesgo de complicaciones y de hospitalización), sino también al lactante durante los primeros meses de vida (cuando la vacuna aún no puede ser indicada en el niño). Existe, así mismo, evidencia de que la vacunación de la mujer embarazada retrasa el primer episodio de gripe y disminuye su gravedad en el niño.
Si a pesar de estas explicaciones aún tienes dudas relacionadas con la vacunación de tu hijo prematuro no dudes en consultar a tu médico o el Manual de Vacunas en Línea del Comité Asesor de Vacunas donde encontrarás información detallada de cada una de las vacunas recogidas en el calendario español.