Entre el 7 y el 9 por ciento de los partos se produce de manera prematura, o lo que es lo mismo, entre el 7 y el 9 por ciento de las parejas se convierte en padres de repente, mucho antes de lo previsto tirando por tierra la imagen preconcebida de una maternidad idealizada.
Los arrullos, cunas y canastillas que en algunos casos ni siquiera ha dado tiempo a preparar pasan a ser sustituidos por cables, guantes, batas asépticas y un bebé en miniatura más o menos “cocido”, según la semana de nacimiento, que lucha por salir adelante tan sorprendido por lo que está pasando como sus progenitores.
A día de hoy el límite de viabilidad de un bebé se sitúa cercano a las 23 semanas, dos menos que hace 30 o 40 años cuando la cifra rondaba las 25 si bien esto implica “una serie de aspectos éticos a considerar” según explica el jefe de pediatría del hospital Costa del Sol de Marbella, Javier Álvarez.
Por regla general un bebé nacido antes de la semana 37 se considera prematuro si bien se establecen diferentes grados de prematuridad dependiendo del peso del pequeño y del momento gestacional en el que se produce el alumbramiento.
Cuanto antes nazcan, más secuelas a largo plazo pueden presentar. “Más cerca de las 23 semanas”, explica Álvarez, “pueden estar relacionadas con la discapacidad o gran discapacidad en el ámbito cognitivo o intelectual, o con secuelas neurosensoriales que en ocasiones derivan de los tratamientos aplicados para la propia supervivencia”.
Eso sí, apostilla el jefe de pediatría, “las secuelas han ido disminuyendo porque ha ido mejorando desde la atención técnica a las dinámicas de tratamiento así como el cuidado de los aspectos menos tangibles con unidades de neonatos más sombrías, en las que la luz y el ruido no suponen una agresión para el prematuro”.
En 2005 a penas un 10% de las unidades neonatales eran abiertas, es decir, permitían el paso de los padres en cualquier momento. Esto ha evolucionado de una manera exponencial. Según explica Álvarez, “en Andalucía casi el 80% de las unidades son abiertas, con la importancia que esto tiene para favorecer la lactancia materna y el apego”. Según el doctor, ésta no es una cuestión baladí. “Es un tema médico”, señala.
“Los prematuros”, continúa, “necesitan a sus padres y sobre todo a la madre para salir adelante. La lactancia materna es fundamental, de hecho una parte del tratamiento es que los padres participen en el cuidado de su bebé”.
Los prematuros necesitan de sus padres para salir adelante, sobre todo de la madre. La lactancia materna es fundamental.
En el caso del hospital Costa del Sol en el momento en el que se rediseñó la unidad de neonatología se optó por hacerla diáfana lo que, según el jefe de pediatría, “ha sido un gran acierto”. Según señala, “muchas veces los padres expertos que han sobrellevado la fase inicial y conocen como funciona todo se convierten en los grandes aliados en el tratamiento del paciente y el adiestramiento de otros padres. Forman una especie de familia, una comunidad terapéutica. Ellos transmiten esa pérdida de miedo. Imagínense lo que es ver una criatura de 600 gramos llena de cables y de tubos. Es muy importante el papel de otros padres durante esos primeros días”.
Una vez superada la estancia en el hospital “hay que hacer un seguimiento muy cercano de los prematuros durante los 2 primeros años de vida”, explica Álvarez, “si bien hasta los 6 años, que es cuando se incorporan a la escolarización, pueden aparecer problemas relacionados con el aprovechamiento escolar que son fácilmente corregibles”.
Álvarez insiste en la importancia de la “atención temprana para mejorar el tratamiento de estos niños con un servicio multidisciplinar que comprende apoyo psicopedagógico, logopedas y colaboración del ámbito escolar que cada vez se coordina más con el sanitario”.
Según subraya “hoy no se entiende un niño de riesgo que no reciba tratamiento desde el propio centro y que cuando reciba el alta tenga un seguimiento. Es una parte indispensable con buen término. En Andalucía fue durante un tiempo la hermanita pobre pero en los últimos años se ha incorporado como un catálogo más”.