El simple hecho de soportar la acción de la gravedad puede suponer todo un reto cuando se pisa el mundo antes de tiempo.
Seguro que nunca te has percatado del citado fenómeno más allá de las clases de física o de las imágenes de astronautas flotando en el espacio, pero cuando tienes que enfrentarte al poder de atracción de la tierra sin estar preparado puedes encontrarte con problemas que nunca te habías planteado.
Eso es lo que le puede suceder a los bebés prematuros que pasan repentinamente de la confortable ingravidez del medio acuoso del vientre materno a la dura realidad del mundo exterior sin tiempo de haber adquirido la flexión fisiológica máxima que se produce al final de la gestación.
Es en estas circunstancias cuando puede aparecer la hipertonía del prematuro que no es más que “el aumento anormal del tono muscular lo que da lugar a un estado de rigidez que deriva en dificultad al mover las extremidades”, según explica la fisioterapeuta especializada en atención temprana Ana Gómez de la Torre.
“Notamos que los músculos oponen resistencia”, señala la especialista del centro Aprona de Estepona. Para corregir esta situación “necesitamos posturas basales, trabajo en el suelo, modular el tono y según nos vaya dejando a través del movimiento ir relajando al bebé”.
Normalmente esta hipertonía suele ser transitoria en el prematuro y termina normalizándose, pero también puede ser uno de los síntomas de la parálisis cerebral por lo que puede crearse cierta confusión.
Según explica la fisioterapeuta de Aprona, “la presencia de asimetrías, de retracción y de retraso en adquisición de las habilidades motoras hará pensar que el incremento del tono probablemente esté en relación con la parálisis cerebral y de forma precoz se debe remitir a atención temprana y fisioterapia”.
“Cuanto antes se regule el tono muscular”, señala Gómez, “mejor será la calidad del movimiento que realice el bebé para las distintas etapas de su desarrollo como puede ser el control cefálico, la realización de volteos, o la transferencia de una postura a otra, entre otros”.
Si la hipertonía es transitoria ésta podrá llegar a corregirse. Solo queda, (como siempre en la prematuridad) tirar de paciencia y constancia para ayudar a estos pequeños guerreros a enfrentarse con éxito al mundo de la manzana de Newton.