Durante tus clases de preparación al parto te habrán hablado de la lactancia materna y de la importancia de que esté establecida antes de introducir chupetes que puedan distorsionar el agarre del bebé. En el caso de los prematuros esto, como todo, cambia.
Tu bebé ha llegado al mundo antes de tiempo. Está fuera de ti cuando debía estar dentro y necesita ayuda y consuelo. Cuando a mí me hablaron del chupete me resistí inicialmente hasta que una enfermera me pidió encarecidamente que se lo llevara a nuestras gemelas de 29 semanas.
Así que allí que me fui a la farmacia a comprar un minúsculo chupetillo al que se aferraban como locas. Pero. ¿Qué sentido tiene ponerle chupete a bebés tan pequeños?
Al margen de consolarlos los chupetes tienen una función terapéutica ya que contribuye a trabajar el reflejo de succión que será el que les ayude a alimentarse.
Según explica Silvia Caballero, neonatóloga del hospital Gregorio Marañón de Madrid, el reflejo de succión “lo tienen desde las 25 semanas y con el chupete les ayudamos a trabajarlo”.
Cosa distinta es el reflejo de búsqueda. Por naturaleza tu hijo, por muy pronto que haya nacido, tenderá a buscar tu pecho, cosa que me sorprendió la primera vez que hice canguro con una de las bebés. A penas tenía fuerza para moverse pero iba intentando acercarse al pezón, para mi sorpresa absoluta.
Pero aunque te busque, no conseguirá mamar hasta las 34 semanas. Es en ese momento cuanto empiezan a desarrollar la deglución. ¿Te imaginas lo que debe ser para un cerebro tan prematuro coordinar la respiración, con la succión y el gesto de tragar?
Según explica Caballero, llegado el momento de mamar “si antes lo has ido aproximando al pecho y lo has dejado que chupetee y se vaya haciendo al pezón, será un entrenamiento que tendrá para cuando tenga fuerza suficiente”.
Para facilitar el trabajo a estos pequeños guerreros Caballero señala que es importante la estimulación de la madre de modo que consiga extraerse medio litro de leche al día “para que el bebé pueda obtenerla con facilidad y de este modo seguir trabajando poniéndoselo más fácil”.
Así que ya sabes. Mucho Canguro, mucho piel con piel, que te sienta, que te huela, que se aproxime a tu pecho todo lo que pueda, que vaya conociendo el pezón del que se va a alimentar y paciencia. Mientras tanto chupete y cariño para ir entrenando.