Hay veces en las que por muy bravo que sea el guerrero el corazón no tiene fuerzas para plantar cara a la batalla. Esto que puede sonar muy poético no es más que el reflejo literal de la lucha que libran los prematuros para salir adelante, con un cerebro incapaz de coordinar funciones básicas como el respirar y un motor que funciona más despacio de lo que debiera.
Apneas y Bradicardias se dan la mano en monitores que no dejan de pitar alertando de la guerra que se está librando bajo el paño que cubre la incubadora. Pero, ¿Qué está pasando exactamente en esos minúsculos cuerpecitos?
Según explica Manuel Baca, jefe de pediatría y neonatología del hospital Quirón Málaga, “el corazón late a una frecuencia. Si es excesivamente alta hablamos de taquicardia pero si es excesivamente baja hablamos de bradicardia que se puede dar en un recién nacido por varias circunstancias aunque lo más normal es que vaya unido a las apneas”, o lo que es lo mismo, a la ausencia de respiración.
En ocasiones es predominante la bradicardia, con un corazón muy lento incapaz de bombear toda la sangre que debe y en otros casos es predominante la apnea y el niño lo que hace es que no respira.
Sea como fuere, explica el doctor, “es un complejo que va todo unido con predominancia de una o de otra y que hay que resolver porque si no la cantidad de oxígeno que va a llegar a los órganos más nobles no va a ser suficiente”.
Cuando se trata de un problema respiratorio y de un cerebro que no estimula bien al pulmón y al corazón se puede conseguir solventar la situación con técnicas respiratorias. Ahora bien, cuando las bradicardias son por problemas cardiacos hay fármacos específicos que ayudan a normalizar la situación y a que el corazón lata bien.
Las bradicardias son comunes sobre todo en los prematuros de menos de 1.500 gramos y casi una norma en los menores de 1.000 gramos. Por encima de 1.500 se ven más que apneas patrones de respiración no suficientemente correctos que también se pueden solucionar, según explica el doctor Baca.
Al margen de las ayudas médicas que pueda recibir el prematuro está claro que el mejor aliado de un bebé nacido antes de lo esperado es precisamente el tiempo. A medida que sus órganos vayan madurando irán desapareciendo tanto las apneas como las bradicardias normalizándose la situación y disminuyendo las taquicardias de unos padres que batallan más allá del cristal.